Mi intención no es polemizar, menos generalizar, una vez más aclaro mi respeto hacia las creencias ajenas, pero me veo en la obligación de ser la voz de los que no pueden hablar. Tenemos que analizar el comportamiento de una iglesia que se basa en las sagradas escrituras, no podemos pretender regirnos a reglas que fueron planteadas hace varias décadas atrás, están fuera de contexto, las costumbres son diferentes, los tiempos cambian y nosotros con ellos. En la actualidad, la iglesia se proyecta como enemiga del mundo, o enemiga de todo aquel que interprete y replantee el mensaje erróneo que se predica. Las mujeres vamos a someternos a nuestros maridos cuando los pastores rindan cuentas de todo el dinero que recaudan en ofrendas y diezmos. Los homosexuales se despojarán de su “confusión” cuando la iglesia católica deje de solapar el sinnúmero de violaciones que guardan sus paredes. La misma iglesia toma la biblia a su conveniencia, tienen la autoridad para decidir